Guerra de Malvinas
Cuando el 2 de abril de 1982, tropas argentinas invadieron y recuperaron las Islas Malvinas, se produjo uno de esos curiosos cruces de caminos que, a veces, produce la historia. Desde el punto de vista de la dictadura militar instalada en 1976, entonces presidida por el general Leopoldo Galtieri, se trataba de una maniobra política para "empujar para adelante" la profunda crisis del régimen, corroído por una fuerte crisis económica y por una creciente resistencia obrera y popular. El objetivo de los militares era recuperar prestigio llevando a cabo una reivindicación muy sentida por el pueblo argentino. Al mismo tiempo, creían que la acción tendría un "bajo costo" ya que, por tratarse de un territorio de escaso valor económico y geopolítico, Gran Bretaña no respondería al ataque. Y, en todo caso, el gobierno de los EE.UU., "dejaría correr" la invasión en "agradecimiento" a la colaboración que los militares argentinos habían prestado en la represión y en la contrarrevolución en diversos países de Latinoamérica. Fue un gravísimo error de cálculo político. El gobierno británico de Margareth Thatcher, entonces bastante debilitado, aprovechó el hecho para intentar fortalecerse y envió la fuerza británica naval más importante desde la Segunda Guerra Mundial, En tanto, el presidente de EE.UU., Ronald Reagan, la respaldó claramente, aportando apoyo técnico y bases de reabastecimiento, para enviar un claro mensaje al mundo: con las posesiones coloniales no se juega. Empeorando las cosas para el régimen militar, el llamado a apoyar la invasión se transformó en una desbordante movilización popular que, de hecho, rompió el control dictatorial del país. Con la invasión de Malvinas los militares habían abierto la "caja de Pandora" que llevaría al fin de la dictadura. Aprisionados entre una guerra antiimperialista que no querían, por un lado, y la movilización de masas, por el otro, la gran mayoría de la burguesía argentina, como el futuro presidente electo Raúl Alfonsín, y de los altos mandos militares comenzaron a trabajar para la derrota argentina. Dividido entre quienes querían perder la guerra y quienes deseaban ganarla, el régimen militar argentino, de hecho, se quebró. Aunque algunos sectores combatieron con dignidad y efectividad, como los pilotos de la Fuerza Aérea, en esas condiciones (una conducción política y militar derrotista) era muy difícil triunfar. Y la derrota llegó finalmente el 14 de junio, poco después que, en Buenos Aires, el Papa Juan Pablo II organizara diversas misas y actos masivos llamando a la rendición. De inmediato, en medio de movilizaciones contra los militares y enfrentamientos con la Policía, Galtieri renunciaba y, con él, caía la dictadura. La Guerra de Malvinas generó, y aún genera, intensas polémicas entre diversas corrientes políticas y también dentro de la izquierda argentina y mundial. ¿Qué actitud debía adoptar la izquierda frente a esta acción de un régimen militar que había secuestrado, torturado y asesinado a miles de personas? ¿Qué era más importante: la lucha antiimperialista o el repudio al régimen? ¿Había que jugarse por el triunfo de Argentina o de Gran Bretaña? En respuesta a estas preguntas, la organización morenista de aquella época, el Partido Socialista de los Trabajadores, siguió las enseñanzas de León Trotsky. En una entrevista de 1938, él afirma claramente que, en la hipótesis de guerra entre un régimen semifascista semicolonial y una potencia imperialista "democrática", los revolucionarios debían ser parte, sin dudar, del "campo militar" del país semicolonial. Y el PST no tuvo dudas: desde la clandestinidad a que lo sometía la dictadura militar, a pesar de haberla combatido heroicamente en esos años y haber sufrido 100 muertos por la represión, ocupó su lugar en el campo militar antiimperialista y, junto con la gran mayoría del pueblo argentino, jugó todas sus fuerzas por el triunfo. Del mismo modo que, después de la derrota, estuvo en las calles del país impulsando las movilizaciones que derribaron a la dictadura. Presentamos a continuación, diversos materiales de la época y posteriores: 1)Panorama Internacional (Mayo 1982), con un análisis y la primera declaración de la LIT-CI sobre la guerra. 2)Revista Estrategia No 3 (setiembre de 1982), con diversos artículos sobre la guerra y la situación posterior de Argentina; 3) Declaración conjunta del Workers Revolutionary Party (WRP) de Gran Bretaña y el Movimiento al Socialismo (MAS) de Argentina (1/2/1987). 4)La lucha antiimperialista es la clave de la liberación (Entrevista de Mateo Fossa a León Trotsky, 23/9/1938). Presentamos también cuatro videos referidos al tema. Los dos primeros, muestran la guerra desde el ángulo de los soldados que combatieron y se vieron, en muchos casos, traicionados por sus jefes. El tercero se refiere al ataque al Invincible (nave capitana de la flota Británica) El cuarto es un pequeño hallazgo que queremos compartir, ya que es un homenaje al Almirante Guillermo Brown (un irlandés que combatió por la independencia y que fundó la Marina argentina, en las primeras décadas del siglo XIX) realizado por el grupo irlandés de música celta The Wolf Tones que reivindica que las islas son argentinas
Entrevista com León Trotsky [sobre os prognósticos da guerra imperialista]
Fossa, Mateo. Entrevista com León Trotsky [sobre os prognósticos da guerra imperialista]. 23/09/1938.
Panorama Internacional
CI-CI. Panorama Internacional. 08/1981.
Irlandeses (The Wolf Tones - Admiral William Brown)
Anon. Irlandeses (The Wolf Tones - Admiral William Brown). 1982.
Las malvinas son Argentinas (pt 1)
Anon. Las malvinas son Argentinas (pt 1). 1982.
No tan invencible: Malvinas la verdadera historia de Radio 10
Anon. No tan invencible: Malvinas la verdadera historia de Radio 10. 1982.
Las malvinas son Argentinas (pt 2)
Anon. Las malvinas son Argentinas (pt 2). 1982.
Estrategia Socialista
Anon. Estrategia Socialista. 09/1982.